La experiencia de cinco años en el Departamento de Nariño muestra cómo a través de una fuerte apropiación y esfuerzos coordinados de todos los actores del desarrollo nacionales e internacionales, las fuerzas impulsoras del DHS se pueden consolidar para mejorar la cohesión y lograr la construcción de la paz a nivel local.

Con el compromiso e implicación del departamento de Nariño y el municipio de Pasto, la participación de actores locales sociales, étnicos y comunitarios, así como el apoyo de múltiples socios del desarrollo, tales como el PNUD a través de la Iniciativa ART y el programa REDES, y los socios de la cooperación descentralizada y bilateral, Nariño ha adoptado y localizado los marcos de trabajo de gobernanza multinivel y desarrollo territorial propuestos. Dichos sistemas y sus mecanismos (como los Grupos de Trabajo) están promoviendo el diálogo, articulando actores y haciendo que sus estrategias converjan hacia las prioridades y necesidades locales. Esta experiencia se ha vuelto más relevante en 2013, ya que el proceso de paz ha adquirido un nuevo impulso y alcanzado un punto de inflexión. Eso ha permitido a Nariño –junto con muchos actores sociales y económicos- formular e implementar una agenda integral y transformadora política, social, económica, cultural y de construcción de la paz a nivel local, alcanzando así una respuesta más eficaz y concreta a los desafíos locales. Los procesos de GLDL y los elementos del desarrollo territorial han sido cruciales para implementar un enfoque territorial que articula las dimensiones local, nacional e internacional para mejorar la planificación del desarrollo, facilitando el diálogo y la cohesión entre territorios; también han generado mecanismos para impulsar el desarrollo económico local.

El proceso ha tenido como resultado la promoción de sinergias innovadoras y transformadoras que combinan elementos del desarrollo territorial, la GLDL y la construcción de la paz. Ahora Nariño está dotada con una serie de procesos de desarrollo local y construcción de la paz que generan dinámicas de cambio más estructuradas, coherentes y estratégicas. Gracias a los resultados concretos obtenidos, los actores locales y nacionales han reconocido esta experiencia como una buena práctica, haciendo de Nariño un ejemplo para el resto de Colombia. Más aún, ART REDES ha sido decisivo en la gestión de programas y recursos, alcanzando un efecto multiplicador significativo. En 2013, esta experiencia única fue documentada a través una detallada sistematización.

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